Este sábado lo hemos pasado muy bien jugando a juegos clásicos de el Junior.
Luego estuvimos preparando la misa y reflexionando sobre las cosas que teníamos que cambiar en nosotross y en como podíamos aplicar estos cambios en nuestro día a día.
Además decoramos la iglesia con un bonito dibujo sobre una oveja separándose de el rebaño y de el pastor que la volvió a poner en el buen camino. Así pues con ejemplos concretos mostramos como nosotros en muerta vida debemos ser ese pastor y ayudar a los demás a ser mejores personas y llevarlas por el buen camino.
Finalmente quemamos los papeles donde habíamos escrito aquello que debíamos cambiar de nosotros mismos.